Todo comenzó con una idea simple pero poderosa: reunir cuadraditos tejidos para armar mantas y donarlas a quienes lo habían perdido todo en Bahía Blanca .
Sabíamos que nuestras clientas y seguidoras son tejedoras con alma gigante… pero lo que pasó superó todas nuestras expectativas .
Todo esto fue posible gracias a la iniciativa de Andrea, de @ovejaslanas , quien junto a @bahiateje , impulsó esta hermosa propuesta que se multiplicó en redes, grupos de tejedoras y talleres de todo el país.
Durante semanas, nuestra tienda física se llenó de colores, texturas, mensajes y bolsitas con amor. Llegaron cuadraditos de todos lados, tejidos en casas, en clubes de tejido, en rondas de compañeros y hasta en transportes públicos. Cada uno traía una historia, una intención, una esperanza.
Más de mil cuadraditos fueron donados. Los recibimos, los contamos, los organizamos… y luego, llegó el momento más hermoso: juntarnos para unirlos .
Organizamos una jornada abierta en el local donde tejedoras y voluntarias vinieron a coser, compartir y emocionarse. Entre agujas y lana, hubo risas, mate, lágrimas y abrazos.
Cada manta que salió de esa jornada lleva algo único: el cariño de muchas personas que nunca se vieron, pero que se sintieron unidas por una causa . Porque cuando tejemos juntos, tejemos mucho más que puntos: tejemos comunidad, contención y empatía.
Y esta nota es para agradecer. A quienes trajeron cuadraditos. A quienes compartieron la idea. A quienes se tomó un rato para unir, para preguntar, para ofrecerse. A quienes se emocionaron viendo cómo una madeja puede convertirse en abrigo para alguien más.
Gracias por ser parte. Gracias por creer. Gracias por tejer con el corazón.